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Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad grave y frecuente que afecta principalmente a la población mayor de 40 años, y su incidencia aumenta con la edad. Es la segunda causa de ceguera en nuestro entorno, pero puede ser prevenida si se diagnostica y trata adecuadamente.

El glaucoma suele ser una enfermedad crónica e irreversible que afecta al nervio óptico. La pérdida del campo de visión es el principal síntoma, y suele ser asintomático hasta fases avanzadas de la enfermedad. La mayoría de los casos se relacionan con una presión ocular elevada.

Existen formas agudas de glaucoma que son menos frecuentes, pero más graves, y se manifiestan rápidamente con dolor y pérdida de visión. Estas formas suelen estar relacionadas con la anatomía del ojo o con inflamación, traumatismo u otra enfermedad ocular.

Hay varios factores de riesgo para el glaucoma, siendo la presión ocular elevada el más importante. En la mayoría de los casos, esto se debe a una dificultad en la eliminación del líquido intraocular. La presión ocular normal es inferior a 22 mmHg, pero algunos pacientes con glaucoma necesitan mantenerla más baja para evitar la progresión de la enfermedad.

Además, existen otros factores de riesgo como la predisposición genética y los factores vasculares, que pueden influir de manera diferente en cada paciente.

Solución al glaucoma: cirugía

La cirugía de glaucoma es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar el glaucoma, una enfermedad ocular que puede causar daño en el nervio óptico y pérdida de visión si no se trata adecuadamente. El objetivo principal de la cirugía de glaucoma es reducir la presión intraocular en el ojo para prevenir daño adicional en el nervio óptico.

Se pueden realizar diferentes tipos de cirugía de glaucoma, como la trabeculectomía, el implante de válvula de glaucoma o la cirugía láser. Estos procedimientos se realizan utilizando técnicas avanzadas y tecnologías de vanguardia para garantizar resultados precisos y seguros.

En que consiste la cirugía de glaucoma?

Antes de la cirugía, se realizará una evaluación completa del ojo del paciente para determinar el tipo y la gravedad del glaucoma y decidir cuál es el mejor enfoque quirúrgico. Esto puede incluir pruebas para medir la presión intraocular, la agudeza visual y el campo visual.

Durante la cirugía, se puede administrar anestesia local y sedación para ayudar al paciente a sentirse cómodo y relajado. En la trabeculectomía, se crea un nuevo canal de drenaje en el ojo para permitir que el líquido intraocular drene de manera más efectiva y reduzca la presión intraocular. En la implantación de válvula de glaucoma, se coloca una pequeña válvula en el ojo para ayudar a drenar el líquido intraocular. La cirugía láser se realiza para reducir la producción de líquido intraocular o mejorar el drenaje.

Recuerda siempre seguir las recomendaciones de tu oftalmólogo y reportar cualquier problema o síntoma que presentes durante la recuperación.

En el siguiente link te dejamos algunos consejos para una buena recuperación después de la cirugía de glaucoma.